Los que me conocéis, sabéis que siempre voy liada y no dispongo de mucho tiempo para cocinar. Por eso siempre os enseño recetas rápidas, fáciles y sanas para que vuestra nevera siempre está lista para cualquier contingencia. Si hay algo que nunca falla, es una buena granola casera, un complemento imprescindible en cualquier casa.

Es una receta que me encanta porque tardo 5 minutos en hacerla, no ensucio ningún cacharro y me dura una barbaridad Eso sí, como lo deje al alcance de mi equipo de Gordon Seen, en una semana me he quedado sin nada.

Lo bueno que tiene la granola es que se puede personalizar añadiendo los ingredientes que más nos gusten. Eso sí, nunca me cansaré de insistir en que los productos que vayamos a utilizar sean ecológicos, sanos y sin azúcar.

La granola casera: una necesidad vital!

Para esta receta vamos a necesitar:

2 vasos de avena.

2 vasos de almendra laminada cruda.

1 vaso de avellanas troceadas crudas.

1 cucharada de semillas de chía.

2 cucharadas de miel.

1 cucharada de aceite de coco.

1 cucharadita de canela.

1 cucharada de semillas de girasol crudas y sin sal.

Lo más importante que hay que tener en cuenta es que los frutos secos que vayamos a utilizar sean crudos, porque ya los vamos a meter en el horno. Siempre podéis añadir otros ingredientes como bayas de goji, higos deshidratados o concentrado de vainilla, por ejemplo, para que le den un toque de sabor distinto.

En realidad lo único que hay que hacer es poner todos los frutos secos en un bol, bien mezclados. Primero añadimos el aceite de coco y mezclamos bien para que todos los ingredientes queden bien impregnados. Pensad que hay mucha cantidad de mezcla y poca cantidad de aceite, por lo que tenemos que mezclar muy bien.

Productos ecológicos, sanos y sin azúcar

A continuación haremos la misma operación con la miel. Para que veáis lo sencillo que es hacer una granola casera, la parte más dura de esta receta es la mezcla con la miel, ya que hay que poner bastante empeño en que quede homogéneo. El truco está en la paciencia.

En realidad se puede utilizar cualquier tipo de edulcorante, como la estevia o el sirope de ágave, que es apto para veganos, pero a mi la miel me vuelve loca y tiene unas propiedades bestiales.

Además, si estamos pensando en utilizar la granola casera para mezclarla con el yogur, por ejemplo, esta mezcla nos proporcionará un toque de sabor increíble. Por su parte, la miel ya le dará el dulzor necesario para evitarnos azúcares refinados.

Ahora lo único que hay que hacer es precalentar el horno a 180 grados y aprovechar este ratito para poner el papel de horno en la bandeja y esparcir toda la mezcla.

Remueve bien para que quede crunchy!

Una vez dentro del horno, cogemos una cuchara de madera y le vamos dando unas vueltas de vez en cuando para asegurarnos de que todos los ingredientes se tuestan bien. No hay un tiempo determinado dentro del horno, solamente hay que estar pendiente de que queden bien crujientes. Que no se tuesten demasiado para que no se quemen.

Luego lo dejamos enfriar dentro del horno para que mantengan la textura y posteriormente lo ponemos en un tarro de cristal. Lo más importante es que el tarro sea de cierre hermético, así se mantiene la mezcla bien crunchy y apetecible.

Aquí os dejo el vídeo con todos los pasos para que no os perdáis nada.

Yo personalmente la uso como topping para el yogur matutino y para ensaladas, aunque sola también está buenísima si tenemos un antojo.

También es un complemento perfecto para el porridge de avena, un desayuno ideal para deportistas que os explique hace unas semanas.

Estad bien atentos porque en breves os explicaré como utilizar la granola casera para hacer barritas energéticas y todas los beneficios que os aportarán, aunque de momento os dejo el vídeo por si queréis ir avanzando.

Espero que me contéis vuestra experiencia con esta fantástica granola casera.

¿Dónde la pondréis vosotros?

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