#RenacerAPedales | Parón en Burgos, etapas 11 y 12
Tras unas etapas en las que recuperé el ánimo y disfrutar del camino -en gran medida gracias a las personas que me vinieron a acompañar mientras pedaleaba-, el día anterior tuve que abandonar a medio camino hasta Burgos debido a la lluvia y sobre todo al viento, que te tiraba hacia atrás a la mínima que dejabas de pedalear. Tuve la gran suerte de estar acompañada por Andrea y por su marido David, que me llevaron hasta Burgos en coche. De haber estado sola la situación podría haber sido bastante más complicada.
Parón en Burgos
Tras la experiencia del día anterior, la cabeza me pedía quedarme ese día en Burgos. El corazón me pedía intentarlo, lanzarme a la carretera como el día anterior para no retrasar la llegada a Finisterre, pero al final lo que importaba es llegar. Ese día no tenía ni compañía ni asistencia, y la previsión meteorológica era complicada. Así que dejé que mi lado racional ganase a mis impulsos emocionales y pasé un día en Burgos, aprovechando para comprar algunos víveres y también para trabajar un poco.
Etapa 11 de #RenacerAPedales
Por fin me pude poner en marcha tras los dos malos días anteriores, en el que tuve que primero abandonar debido al viento y después ni pude salir. Esta jornada me enfrentaba a los 83,4 kilómetros entre Burgos y Carrión de los Condes, en los que pude ver los estragos de la lluvia de los días anteriores en forma de pequeños lagos. El frío marcó la etapa, hasta tal punto que mi cámara acabó estropeándose poco antes de llegar a nuestro destino.
Etapa 12 de #RenacerAPedales
Si hasta entonces me había enfrentado al viento, a la lluvia, al cansancio, a los kilómetros en soledad, pero en esta etapa que me llevaba hasta León me encontré también con la nieve, con tramos de carretera helados. Aunque por suerte no comenzó a nevar fuerte, me preocupaba que empezase a hacerlo mientras estaba sola en medio de la carretera, sin asistencia.