Etapa 2 | Palafrugell – Tordera
Una rosa bañada en un mar de paz, unas notas de piano sonando en mi cabeza y una maleta cargada de ilusiones rumbo a mi casa, mi hogar, para abrazar a mi padre y seguir mi camino hacia Finisterre.
La tarde anterior fue mágica para mi, muy especial, algo que llevaba esperando desde hacia mucho tiempo. Sentí una paz absoluta y podía haberme quedado eternamente sentada en aquella roca, oliendo el mar, imaginando unas notas de piano en mi cabeza, melodías que ella solía tocar en casa cuando yo era una niña, y que yo, con tan solo escucharlas, tan solo con eso, podía saber exactamente como se sentía. Pero debía seguir con mi aventura, debía cumplir mi promesa, mi propósito, mi #RenacerAPedales.
Así que me guardé en un bolsillo, al lado del pecho, una de las rosas que el día anterior había llevado conmigo a esa roca y que bañé en ese mar de paz. Ahora estábamos Ella en una rosa roja, una melodía de piano, mi #CannonDaleGas, una bolsa impermeable para llevar todo lo imprescindible, un remolque alquilado, mis piernas, mi cabeza, mi corazón, mi ilusión y mis ojos, que serían los que darían vida a sus sueños y a sus esperanzas quebradas y, por supuesto, a mi alma libre.
La segunda etapa de #RenacerAPedales es la que me llevaría a Tordera, al pueblo donde mi padre sigue viviendo. La casa donde mi hermano y yo crecimos, donde nos criaron, donde aprendimos a andar y donde nos pegamos los primeros tortazos. La misma que una vez abandoné buscando independencia y libertad. La misma casa que pasados unos años me perdonó y me volvió a acoger cuando pasé mis crisis de ansiedad y mi depresión. La misma en la que mi padre le regalaba rosas a mi madre y la misma en la que Ella murió. La misma que me vio marchar de nuevo para venirme a trabajar a Barcelona. La casa a la que voy de vez en cuando para comer o cenar con mi padre. La que echo de menos y que sé que visito menos de lo que me gustaría y deberia. La que mi padre cuida y no deja de mimar para dejárnosla bonita, para que cuando vayamos estemos a a gusto y por si Ella un día volviera.
Por delante una etapa relativamente corta y con poco desnivel pero con un propósito; debía acostumbrarme al carrito. Dichoso remolque, como me había hecho sufrir el día anterior. En solo unas horas pude darme cuenta de lo distinto que es ir en bici de carretera arrastrando un remolque. Las subidas se hacen más duras, y eso ya me lo imaginaba, pero las bajadas más peligrosas. La conducción cambia totalmente, hay que centrar la atención en la rueda de atrás, cuando normalmente solemos hacerlo en la delantera. Las trazadas deben ser más abiertas para que no te domine el carrito. En llano una vez ya cogía inercia a penas se notaba pero eso si no soplaba el viento y el día anterior la tramuntana no me había ayudado nada. Me di cuenta que el cansancio de las piernas, los brazos y la espalda era mucho mayor al que estaba acostumbrada en distancias y desniveles similares. Así que, cuanto antes, mi cuerpo y mi mente debían acostumbrarse a esta nueva situación.
Era la hora de salir, todavía no tenia muy de por mano toda la logística: Cargar el track en el GPS Tunap Anima+, comprobar que mi cámara tuviera batería para grabar toda la experiencia, preparar la alimentación, la bebida isotónica, poner en marcha Runtastic para todo aquel que quisiera seguirme en vivo para unirse o animarme, móvil cargado y todo el ritual imprescindible y necesario que debía hacer todas la mañanas y que en pocos días haría sin pensar.
Así que con todo esos hábitos todavía por adquirir, esa mañana salí más tarde de lo esperado. Me disponía a hacerlo sobre las 9:30h y al salir me di cuenta que me estaban esperando desde ya hacía un buen rato un grupo de chicos dispuestos a acompañarme unos cuantos km.
¿Os podéis imaginar la ilusión que me hizo ver a esos chavales? Ver que había personas dispuestas a dedicarme unas horas de su vida para acompañarme en mi sueño. Sabía que en RRSS os tenía a todos animando y pendientes, pero ver que alguno de vosotros se personificaba dispuesto a #RenaceraPedales conmigo fue alucinante. Mi cara se iluminó y dibujo una enorme sonrisa. Sus nombres eran: Guillem, Pol Farrarons, Pol Marcó y Jan Laborda y fueron los primeros de muchos que vinieron después.
Lo que tenía que ser la compañía de unos km se convirtió en el acompañamiento durante toda la etapa. Reímos, nos contamos historias, me explicaron por donde íbamos pasando, me animaban, me preguntaban cosas sobre mi vida, mi ilusiones, retos. Los km pasaban sin darnos cuenta hasta que llegamos aun puerto precioso pero me volvió a recordar lo que pesaba el dichoso remolque. Pero hice como si nada y seguimos subiendo, la compañía era tan agradable!, ellos cuidaban de mi y yo de ellos. Fue fantástico. Mil gracias Chicos!
Y como el que no quiere la cosa llegamos juntos a Tordera, allí les recogía el padre de uno de ellos! Nos abrazamos, nos despedimos y creo que ninguno de nosotros olvidará jamás la experiencia.
Ahora me quedaban unos 5km hasta llegar a casa de mi padre, mi casa. Y fue entonces cuando pensé en todo lo que le debía, en todo lo que me había enseñado. Me di cuenta que si no fuera por todo eso, ahora sería complicado que estuviera haciendo este reto, esta aventura.
En el pasado tuve muchas discusiones con mi padre, no entendía porqué era tan exigente conmigo, porqué siempre me pedía lo mejor de mi misma. Y con el tiempo lo he entendido y agradecido. El me hizo fuerte, me hizo una guerrera, me transmitió el espíritu del sacrificio, la entrega y la pasión por lo que te gusta. Y aunque siempre hablo de mi madre, no quiero olvidarme de él. El que me hizo cabrear tantas veces, pero al que le debo mucho. Y se lo dije! “Gràcies Pare, aquesta va per tu” (gracias papá, está va por ti).
Llegué a casa y le enseñé como había ido la primera etapa, vimos juntos los videos, nos emocionamos y nos abrazamos mientras contemplábamos el reflejo en nuestras caras de el fuego encendido en la chimenea del comedor.
Luis E.Castillo
Buenas Tardes
Solo quiero felicitarte por esta estupenda pagina que has creado, te sigo desde hace un año a través de tu hermano y sinceramente tengo que decir que ustedes dos se han vuelto mi fuente de inspiración para trasarme metas y luchar por mis sueños. Tal vez tenemos historias distintas pero si se unen en varios puntos como lo son perder una madre y ver como las cosas no te salen como te las planeas. Este año 2016 vengo con todas las pilas recargadas para comenzar a desarrollar varios proyectos que tengo en mente y que de solo pensarlo me ponen la piel de gallina. Soy Colombiano pero resido actualmente en Republica Dominicana, tengo 22 años y soy igual de soñador que usted.
Gracias por inspirarme.
PostData: Quiero mantenerme en contacto con usted, puesto que tengo la sensación que en algún momento con mis proyectos viajare a España, y tal vez por correo se lo pueda enviar para que lo vea.
Mercè Sanjuan
Muchas gracias Luis!!! Así me gusta a tope!! Adelante con todos tus proyectos e ilusiones! En la pagina de contacto puedes ver un mail por si quieres contactar conmigo hola@mercesanjuan.com
Un abrazo muy fuerte y gracias por tus felicitaciones!
Marcela
Al leer este post todo lo que me viene a la cabeza son sonrisas, brillos en los ojos… nostalgia en la mirada pero fuego en el alma.
La segunda etapa fue el impulso que quizás no necesitabas (demasiado) pero que estaba y llenaba tu energía al 100%
Imagino ese abrazo con su padre, esas lágrimas saliendo en alma y ese abrazo… sanando.
Hermosa segunda etapa.
Mercè Sanjuan
Hola de nuevo!! Si, has acertado! Fué una etapa muy bonita y que me llenó de energia!