#RenacerAPedales | Etapas 8, 9, 10
Las etapas anteriores de #RenacerAPedales habían sido muy duras, en las que me tuve que enfrentar a camiones, al viento, a una conjuntivitis, a muchísimos kilómetros y a la sensación de que cada vez me alejaba más de casa y de que me adentraba en territorio desconocido. En la etapa anterior tuve la inestimable ayuda de Sergio Campo y de F. Javier Sainz, dos de los miembros del equipo #AccionTitan que incluso me ayudaron cargando con el carrito, pero aun así las condiciones en las que me enfrentaba a la octava etapa no eran las mejores.
Etapa 8 de #RenacerAPedales
No daba un duro por mi misma, ni por mis piernas, pero al final fue una de las que más disfruté. Se repitió un poco el esquema de la etapa anterior, en la que todo acabó yendo mejor de lo que esperaba cuando me levanté. A pesar de ir sola todo el camino -acompañado únicamente de ovejitas y algún caballo que me cruzaba a medida que hacía kilómetros-, disfruté del camino como una enana. Fue una etapa dedicada a la soledad, la soledad bien encontrada.
Etapa 9 de #RenacerAPedales
¡No pude estar mejor acompañada en esta etapa! Primero, Paloma Sainz -fisioterapeuta y hermana de F. Javier Sainz, que me acompañó en la etapa 7- me dio un masaje que me dejó la espalda como nueva. Además, Mikel me llevó el carrito, algo que agradeceré eternamente, en una jornada en la que la niebla no nos dejaba ver a más de unos metros durante buena parte del día.
Etapa 10 de #RenacerAPedales
Frío, lluvia, viento… a pesar de la ayuda, no pude acabar la etapa. Pintaba mal desde el principio, pero aun así traté de salir, acompañada de Andrea y de su pareja, David, que nos seguía en coche llevando el carrito. Sin embargo, el viento acabó siendo demasiado, a la que dejabas de pedalear te tiraba hacia atrás ¡incluso en bajada! Así que no nos quedó otra que subirnos al coche y ir hasta Burgos, donde tocaría una jornada de reflexión.