Caía la tarde, todo el día había estado esperando ese momento. Parecía que no llegaba nunca. Tantos días planeándolo, imaginándome como seria y visualizándolo, provocaron que ese día se me hiciera eterno. Cada pedaleada me acercaba más a ella, pero cada vez estaba más impaciente por llegar. Fue un día de tantas emociones que no conseguía saber como me sentía. Era el primer día de mi #RenacerApedales, había llegado el momento de la verdad, el momento de que todos mis sueños escritos en libretas y de que todos mis vídeos explicándolo, tomaran forma. Y eso se transformó en una mezcla de ilusión, alegría, miedo y emoción que me cuesta definir. Y por fin estaba allí con Ella. Había podido completar la primera etapa y ahora estaba sentada en esa roca, a solas conmigo misma, con Ella.

Le traía unas rosas, unas rosas que cogí del jardín de mi casa, la casa donde nací, donde ella las cuidaba y disponía en forma de ramo en preciosos jarrones por toda la casa. Esas rosas que a veces mi padre cortaba para regalárselas. Le decía-“Las manos atrás y cierra los ojos” entonces le acercaba la rosa a su nariz y ella sonreía, “Ahora ya puedes abrir los ojos”-le decía. Se miraban y entonces decía -“tu eres mucho más preciosa”. Ella las olía, miraba a mi padre y se besaban.

Me senté allí, con Ella. Olí una rosa, olí el mar y miré el agua cristalina para ver si conseguía ver su reflejo. No lo ví, pero ella estaba allí conmigo, en mi. Sabía que me acompañaría durante toda mi aventura, podía imaginarme sus ojos, su cara de emoción, sabia perfectamente que palabras habría pronunciado de poder tenerla delante.

Necesitaba iniciar #RenacerApedales de esta forma, esto es lo que le daba realmente sentido a todo. Empezar en el punto donde antes sale el sol de toda la península (Cap de Creus) el día 1 de enero era vital. Ella murió un 31 de diciembre y esa noche de fin de año, fue una de las mas largas y amargas de mi vida. Anteriormente habían existido otras, pero, de verdad que esa noche fue devastadora y todo lo que pensaba que hasta el momento había sudo duro, se convirtió en simples arañazos frente a una cuchillada de las de verdad.

El mundo se paró, ya no podría tener ocupada mi mente en cuidarla, ni en intentar mantenerla en vida, ni en buscar médicos que pudieran ayudarla, ni en investigar sobre la enfermedad, ni en intentar que sufriera lo mínimo. Esa noche todo eso se acabó y tocaba asumir la realidad.

Llevaba un mes y medio sin apenas dormir, pero esa noche fue imposible pegar ojo. Quería dormirme y que saliera el sol, para despertarme y ver que quizás todo había sido un mal sueño, una de esas pesadillas que parecen tan reales. Pero cuando amaneció me di cuenta que no era así. Era real, lo más real que jamás me había ocurrido. Y morí, morí en vida. Así que no podía perder tiempo, debía empezar a renacer y rápido, por mi, por Ella y por mi familia.

Por eso quise empezar en el Cap de Creus, en el faro donde antes sale el sol.

La etapa debía finalizar y finalizó en Calella de Palafrugell, donde ahora están las cenizas de mi madre. Y están allí por un motivo.

Ella y mi padre, cuando el trabajo se lo permitia, se escapaban 2 o 3 días al año para disfrutar de esta playa que a Ella le encantaba y que decía que estar allí le daba vida. La misma donde me habéis visto sentada al principio del post. La playa en la que teminó esta primera etapa.

Hacía muy poco que mi padre se había podido armar de valor para llevar allí sus cenizas, allí donde sabíamos que Ella quería estar. Tardó 7 años en asumir que se había ido, de hecho creo que todavía no lo tiene asumido, ni lo asumirá nunca. Como se logra asumir algo así? Lo aceptas, sigues con tu vida pero estas incompleto, vacío. Era el gran amor de su vida, la persona con la que hacia y decidía absolutamente todo. De hecho creo que sigue pensando que un día, abrirá alguna puerta de casa y aparecerá ella.

Así que seria la primera vez que podría visitarla allí, y necesitaba sentarme allí, en la playa de Sant Sebastià de Calalella de Palafrugell. Sentarme en las rocas y decirle que aunque ella se había quedado con un montón de sueños por cumplir, no tenia porqué preocuparse, yo los viviría por las dos, que la llevaba en mi, conmigo, que seria sus ojos y que podría ver, sentir y vivir a través de los míos.

Y después de este momento de inmensa paz, pude seguir con mi #RenacerApedales, con Ella, enseñándole mundo. Sola pero acompañada, en autosuficiencia pero con la suficiente confianza que todo sólo podía que salir bien y que llegaríamos hasta Finisterre.

Por el Camino también pasé por el Alt i baix Empordà y pude volver a catar la “tramuntana” que hacia tanto tiempo que no sentía. Viví muchos años en un pueblo pequeño del Alt Empordà. Algunos fueron muy buenos y otros no tanto, básicamente por mi culpa, por abandonarme, por alejarme de los que realmente me querían, por muchas cosas que un día os contaré. Pero también recuerdo momentos preciosos allí. Con mis tres perros que ahora echo tanto de menos, el bosque y las cabañas. Allí me había sentido muy india, muy salvaje, muy indígena. Fue una época que me dejé llevar mucho por los intintos. Me encantaba sentir la Tramuntana como azotaba fuerte, tan fuerte que era capaz de tumbarte o de arrancar la puerta de un coche de cuajo al abrirla. En esa época sentí realmente la fuerza de los elementos. Me sentí a veces muy viva y a veces muy muerta. Creo que allí morí una vez. Otro día os cuento como renací en esa ocasión, pero fue gracias a mi madre nada más y nada menos y dos años antes de que ella muriera. Me encantó y me dolió recordar esos momentos mientras completaba esta etapa, mientras pedaleaba con fuerza.

Pues ya veis que etapa más llena de simbolismo, emociones y recuerdos. Era el inicio perfecto, ideal. Pensado y escogido con todo el cariño, con todo lo que necesitaba para empezar este viaje de 1500km cruzando España con unos 20.000m de desnivel acumulado. En invierno y en unas fechas tan señaladas para mi.

Muchas gracias a Fèlix, a su hija Alba a Pol y a Joan por venir a apoyarme, animarme y hacer unos km conmigo en esta etapa tan importante y crucial para mi. Gracias por todo el cariño mostrado, jamás os olvidaré.

Y gracias a todos los que no dejasteis de animarme en RRSS para que lo lográramos juntos.

Os dejo el link del vídeo resumen de la Etapa 1. Y muy pronto el documental.

ASÍ FUE LA RUTA:

  Gracias también a: Runtastic, TwoNav, Cannondale, Catlike, Macario Llorente. RUNTASTIC  TWONAV CANONDALE  CATLIKE  MACARIO LLORENTE Fotos: Borja Estrada

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